JUAN BEAT
No fue mi funeral, la gente carga la caja y van por las calles. Así es aún en los pueblos. Cuando muera, deseo hacerlo en un pueblo. Aunque no quisiera que me cargaran, traerían encima un bulto lleno de cebada. Preferiría viajar en un frasco, paseando por las calles, con todas esas personas desconocidas asomándose por las ventanas. Lo de la música es buena idea, un par de saxos y con eso estará bien. Y no era mi funeral, pero quien estaba dentro de la caja, cuando yo tenía unos 6 años, me llevaba al cerro. Ja... me decía que había duendes; y junto con mi primo Héctor, salíamos rumbo al cerro. Llevábamos mucha comida y un caja de cartón, con un supuesto maletín para primero auxilios, nunca lo usamos, y tampoco vi a los duendes, pero en cada visita al pueblo, mi Tío me llevaba. No solo eran esas visitas al cerro, sino también, temporadas largas en casa de mi Tío; tenían una tienda y me dejaban comer los chocolates que quisiera; después de un par de días, ya había aprendido los precios de algunas cosas, ayudaba a vender y ya por la tarde, mi eterno caldo de jaiba que preparaba mi Tía, estaba listo en la mesa.
No recuerdo, en 27 años de vida, un funeral, creo he pasado por unos tres, pero era pequeño o el tinto ha hecho ya muchos estragos en mi memoria. Este funeral lo recordaré; y aunque mi perspectiva sobre la muerte es quizás hasta cruel para otros, ya estando sobre la tierra y las piedras cerca del panteón, que puedes hacer cuando quien te acompañaba al cerro y pasaba tardes y tardes junto a ti, se acerca llorando y dice ----Se murió mi papá----. Solo pensé ----mierda y yo a veces haciendo cultos estúpidos a personas que al salir de sus casa reían y se burlaban de mí----. No olvidaré este funeral, y ahora comienzo a comprender eso de Te has muerto y me has matado un poco... (Sabines) . Los funerales no son lo mío, pero esta mañana lejos de mi habitual ruido de la ciudad, ha sido más difícil de lo que creía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario